Amada mía
Me gusta tu cabello negro,
la oscura luz del alba
de matices ondulados
que perfilan tu cara.
Me gusta tu sonrisa,
esa bonita sonrisa de arca,
de la que, sin dudar, se cuelgan
tantas ilusiones vanas.
Me gustan tus ojos verdes,
de dulzura innata,
que reflejan, como espejos,
la belleza de tu alma.
Y me gustan más aún
cuando en ellos encuentro lágrimas,
porque brillan y relucen
como dos perfectas esmeraldas.
Te amo, mi amor,
aunque el mismo Amor
ya te ama.