11 jun 2014

Abrazar un ángel


Y ella, 
cansada de tanta frialdad,
se arrojó a sus brazos 
de piedra y agua,
reclamando lo que pertenece
al corazón que ama.

Y fue como abrazar un ángel, 
un ángel cuyas alas 
de nieve templada
tendieran un lecho
que acomodara el alma.