Huellas etéreas
Algunas veces,
flores crecen
en tus propias manos,
trayendo mieles
de besos sembrados.
Otras, en cambio,
abrazas y retuerces
pétalos ajados
de fantasmas marchitos
con frutos amargos.
Pero siempre,
presentes o pasados,
los amores emergen
de las aguas
del ser enamorado.