La belleza escondida

En una leve mirada,
una sonrisa no fingida,
una palabra pausada,
se encuentra la belleza escondida.

En una mano posada,
una respuesta intuída,
una caricia callada,
se encuentra la belleza escondida.

En una emoción expresada,
una alegría compartida,
una tristeza acabada,
se encuentra la belleza escondida.

En una hoguera apagada,
una llama extinguida,
una pavesa avivada,
se encuentra la belleza escondida.

En una luz colmada,
una sombra encendida,
una apariencia anulada,
se encuentra la belleza escondida.

En una pregunta aceptada,
una duda admitida,
una incógnita aclarada,
se encuentra la belleza escondida.

En una idea soñada,
una verdad sentida,
una realidad otorgada,
se encuentra la belleza escondida.

En una ofensa perdonada,
una curada herida,
una imagen borrada,
se encuentra la belleza escondida.

En una ayuda prestada,
una liana tendida,
una esperanza dada,
se encuentra la belleza escondida.

En una acción entregada,
una vida ofrecida,
una renuncia velada,
se encuentra la belleza escondida.

Y en tantas cosas recordadas,
tantas cosas omitidas,
tantas cosas olvidadas,
se encuentra la belleza escondida.